La palabra alfarería es una de las herencias que nos dejaron nuestros antepasados árabes. Pero la alfarería es más antigua que la propia palabra que la define. Nos acompaña y da su servicio desde los albores de la humanidad. Tiempo más que suficiente para que a lo largo de la historia se hayan desarrollado tantas técnicas distintas, que toda una vida dedicada a la cerámica no es suficiente para llegar a conocerlas todas. Esto la convierte en uno de los grandes oficios del ser humano.

Las costumbres populares y artesanías deben ser renovadas, y de no ser así los nuevos tiempos acelerarán cada vez más rápido su desaparición. Para que las costumbres permanezcan vivas, es necesario que estén abiertas a los cambios y a la evolución. Por ello en Pequeña Gracia se le da la misma importancia a la utilidad y al diseño.

Hago piezas únicas por varios motivos. Uno de ellos es la constante exploración que deseo llevar a cabo, y que repitiendo modelos no podría concebir. Además, la producción a pequeña escala es la manera idónea de luchar contra un sistema del que me manifiesto abiertamente en contra. La vida de los objetos debe ser útil a largo plazo, y debe tener el precio justo que merece un trabajo bien hecho, permitiendo al trabajador tener una vida digna.

Además, concibo el traspaso del saber como una obligación con mis congéneres. Hago talleres, escribo en mi blog, edito videos y quedo a la espera de cualquier proyecto de difusión de la cerámica y sus beneficios.

Si lo que lees encaja contigo y tu estilo de vida, no olvides ojear algunas de las piezas que puedes adquirir ya mismo. Y si tienes un negocio y estas interesada/o en ofrecer a tus clientes mis productos, contacta conmigo y lo hablamos.

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